Rodando “El sueño eterno” andaban Howard Hawks y Humphrey Bogart discutiendo sobre quien había sido el autor de la muerte de cierto personaje.
Ante el desacuerdo acudieron a la única persona que podía responder sin dudas: el autor de la novela y guionista de la película, Raymond Chandler.
El cual dijo (o posteriormente confesó) que en realidad no tenía ni idea de qué personaje había matado al personaje asesinado.